Los alumnos son personas
La violencia social surge de la gran desigualdad de
oportunidades que tienen las personas,
de llevar una vida digna con acceso a la salud, la educación y el trabajo. En
la familia repercute cuando no hay
comunicación y se reemplaza el
diálogo por la agresión..
Los alumnos son personas no problemas.
Si los chicos (tan erróneamente) llamados “problema” encuentran en la escuela un espacio útil para
prepararse un futuro digno, tendremos
una escuela dinámica, generadora de cambios y sin futuros excluidos.
Ya que en la actualidad, pareciera que algunos docentes no caen en
la cuenta de que la repitencia es la matriz natural de la deserción escolar. La
repitencia, la deserción, y la exclusión social, en definitiva son las caras de
una misma moneda.
Los problemas que presentan los alumnos, en su sentido más amplio,
son la manera que estos tienen para llamar la atención de padres, docentes y
hasta de la sociedad toda. Son un síntoma.
En estos casos la escuela debe responder con la contención del
alumno, primero, y seguidamente con apoyo profesional y seguimiento del chico,
de tal manera que este pueda superar la situación que le ha creado conflictos y
se integre al resto del alumnado en la tarea cotidiana.
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